El otro día salí a correr después de estudiar. Iba en chándal, con gorra, coleta, gafas de sol y el ipod. Olvidé calentar así que a los 15 minutos el dolor en los gemelos era crítico, me puse a andar. Seguí un camino que subía por un monte, desembocó en el viejo embarcadero, en lo alto de un acantilado.
Me asomé por el borde. En el ipod empezó a sonar la Marcha Turca de Mozart. De repente me vinieron imágenes de una noche de invierno, la sensación de caer desde el embarcadero, el agua fría, luego un vacío y un viaje en coche con desconocidos hacia el hospital, dolor agudo en manos y pies, casi congelados, hipotermia.
Recuerdo el vacío, entrar en el agua con los sentido alerta por el frío ¿y luego? Luego, nada. La conciencia racional de haber hecho una estupidez, de estar en el agua y no sentir, a lo lejos sólo un vago temblor físico. No fui más libre, ni escapé de mí, era yo, mojada, estúpida, racionalmente irracional, queriendo diluirme en el mar.
No sé cuántos años han pasado desde aquello ¿2, 3, 4, 5? En el ipod empezó a sonar Unforgiven II de Metallica, no es especialmente simbólico pero es la música que sonaba cuando decidí darme la vuelta. Hice algo que rara vez hago, volví por el camino por el que había subido, no hacía falta nada más emocionante.
Es extraño poner juntas las piezas de los recuerdos. Entiendo cada paso que di, podría justificar mi comportamiento, pero ahora no actuaría igual. Era yo pero no soy yo. Al mismo tiempo es todo tan difícil de explicar y meter en una caja con una etiqueta. No son recuerdos como los de las demás, no son vivencias de las que se pueda hablar.
Y fui feliz. Es increíble cómo han cambiado las cosas. Miro todo el camino recorrido y me alegro de estar aquí, lo recorrí yo, es la mejor prueba para que confíe en mí, en que no volverá a pasar. Lo peor quedó atrás :D
lunes, 13 de abril de 2009
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2 comentarios:
Y entiendo que te dejarás caer en aquel embarcadero...
muchos mimos!!
Para saborear la vida, antes hay que comérsela.
También hay quien se la come y no la saborea.
Y quien la da a comer a otros o permite que se la coman y le roben su sabor.
Y el que busca sabor en otras vidas porque no le sabe la que come.
Y el que come lo que quiere porque busca un sabor.
¡¡¡Me encanta hablar de comida!!!!!xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD y me encanta el sabor que le has dado a los recuerdos........(aixxxxxx, que me has desatado una vena folosófica-charraora-que-no-se-q...y no se donde parar así que lo hago y ya)
xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD, pequeña, creo que es hora de que djes a la psicóloga!!
Un besote
...lo que está claro es que siempre, siempre, hay alguna "almendra amarga".....y el alivio que te queda cuando se va el sabor, que?
Todos somos un poquito así de todotenemos la capacidad de ser ese
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