El otro día vi una peli "En la cumbre" salía Glen Close y su personaje era una actriz especializada en Shakespeare. Decía algo muy interesante, que la gente de ahora no era apasionada, pasaban de una cosa a otra con facilidad, pasaban por alto muchas cosas ... pasaban en general. Mucha gente tiene una coraza para que nada les importe, para acostumbrarse al cambio y a ser bordes. Y yo creo que soy así, un poco. Y no quiero.
Soy borde (o cínica, llámalo como quieras) porque me sale, porque me cuesta mucho hablar y cuando hablo suele salir algo desagradable. Así que voy a intentar ser más agradable para que no me pase lo del otro día:
En un cóctel con compañeros de mi padre:
Persona desconocida (o no tanto): - Te conozco desde que eras pequeña ¿no te acuerdas de mí? Pasaste un día entero en nuestra casa de campo. Tenemos fotos. Ay, qué mala eras, correteando por todas partes, gateando por las piedras. Aaay, pero qué bien me lo pasé contigo, una canija muy divertida, traviesa como ella sola y gritabas tanto... No lo olvidaré nunca.
Yop: -... Obviamente yo sí... lo he olvidado.
Estaba en el cóctel porque mi madre dijo que no nos iba a hacer la cena y queríamos comer algo que no fuesen sardinas de lata (alimento básico en mi casa). Ya hablaré otro día sobre la "fama" que te adjudican tan alegremente.
p.d. Creo que el intento de ser más agradable va a salir mal, cada cierto tiempo me lo planteo con resultados desastrosos. Quizás deba seguir intentándolo con más fuerza. La de la foto es obviamente Céline Frémont.
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