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Chuck Bass es un amante de las mujeres, del whisky y de pasarlo bien, además tiene cierta tendencia a bordear las normas (¿bordear es una palabra?). Parece que siempre está a gusto consigo mismo aunque a sus amigos les da un poco de asco. Es un personaje de la serie Gossip Girl y me produce fascinación. En parte porque sé que nunca seré así aunque si me paro a analizarlo me gustaría ser como él. Si tiene un problema lo resuelve, que sus métodos no sean ortodoxos es algo que molesta a los de su alrededor no a él. Tiene cierto gusto por las prostitutas, por pagar a gente que haga sus exámenes y por torturar a sus pij-amigos en general.

Estaba yo en clase de gestión conociendo las teorías de liderazgo y adeministración de empresas. El tema es interesante, además es algo lógico sin números al contrario que el resto de las asignaturas, es un respiro dentro del horario (mi horario está lleno de tecnologías: energética, eléctrica, de materiales, de fabricación, de máquinas...). Pero la gestión es un poco como Chuck Bass, la teoría es fácil, lo difícil es aplicarla. Veo muy poco práctico saber qué tienes que hacer cuando tus trabajadores son unos vagos si lo difícil es averiguar que son vagos. No sé si me explico, yo sé que me gustaría ser como Chuck Bass pero sé que no soy así, en caso de querer ser un líder pues sé que tampoco soy así. Igual que no pensaría llamar a una prostituta si necesitara sexo (¿cómo saber que necesitas sexo?) tampoco me haría amiga de unos trabajadores con los que no congenio.

La conclusión es algo que ya sabíamos (¿nunca podremos averiguar cosas nuevas? parece que lo más importante es algo que hemos sabido siempre) y es que la teoría y la práctica están muy separadas, en mi caso el pensamiento y las acciones suelen ir por caminos paralelos que por tanto sólo se cruzarían en el infinito (y creo que no tenemos tanto tiempo).